Allí estaba, en la esquina, con su sombrero en la cabeza. Le eché una moneda y me saludó sombrero en mano. Con la segunda moneda, me dedicó una de sus mejores sonrisas. En la tercera me dió dos besos, y cuando hice ademán de seguir mi camino, recogió sus cosas y me acompañó hasta casa.
* Este micro lo presenté al I Premio de Microrrelatos Temáticos, de la Editorial Hipálage, y no gané, pero ha sido uno de los 342 textos seleccionados para formar parte de un libro. Parecerá una tontería, pero me ha hecho mucha ilusión :)))