Siempre quisieron pasar el resto de su vida juntos. Aquel dia, a ella la vistieron de blanco, a él también. Pero los separaron. Ella en la habitación 148, él en la habitación 238.
Está sentada en su mecedora, como siempre, haciendo punto. Una bufanda me dijo que era, aunque ya pasa de tres metros y ella sigue con sus agujas. Nunca pierde la sonrisa, ni cuando hay tormenta. De pequeña se asustaba y lloraba acurrucada en los brazos de su madre. Ahora con 90 años, sólo recuerda que se llama Josefa y que le encanta hacer punto.
Era uno de mis sueños de niño, matar a mi padre. Lo hice sin que se diera cuenta. Un café muy cargado y con unas gotas de arsénico le esperaba en el desayuno. Se lo tomó rápido, y mientras leia el periódico, cayó al suelo. Murió en el acto.... En ese mismo momento sonó el despertador y la voz de mi padre retumbó en mi habitación: ¡A desayunar!
Hola. Soy tímido y algo independiente. Me gustaría conocer a gente divertida y simpática para salir a tomar algo, pasarlo bien y que no le importe mi color de piel. Firmado: Calimero.