Tomé la bebida que me dio un amigo, lo hice de un trago y esperé cinco minutos como él dijo. Noté un leve cosquilleo nada más. Él, que estaba a mi lado, dio la señal y los dos nos lanzamos contra la pared. El golpe fue tan grande que quedé aturdido unos momentos, me dolía la cabeza. Mientras tanto, alguien reía en la habitación contigua. Creo que no sirvo para ser hombre invisible, doctor.
Bueno , bueno....me ha gustado mucho este blog.
ResponderEliminarestos mini relatos son una pasada ...
¿Son tuyos?...
Un beso amiga .
muchas gracias Joaquin,
ResponderEliminarsi son mios :D
un beso
A mi también me ha gustado, tienes mucho ingenio.Alguna vez publica un largo,seguro que también te queda bien logrado.
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