¡Tachán! Era la tercera vez que lo decía, pero mi mujer no apareció. El mago sudaba al ver que su truco no funcionaba y la gente se empezaba a impacientar. Yo, rezaba para que ella no apareciese.
Punto de inflexión
Hace 4 minutos
Microrrelatos
Bueno y divertido. Saludos.
ResponderEliminarJajaja, pobrecilla... Buen micro, suerte ;)
ResponderEliminarLa verdad es que la gente no sabe a qué agarrarse para intentar conseguir sus objetivos.
ResponderEliminarSaludos
Habría que saber si pobre de él o pobre de ella o pobres de ambos. Existen infiernos pequeñitos donde caben dos.
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