domingo, 21 de febrero de 2010

OBSERVADO

Mamá no estaba. Esta noche le tocaba a él leerle a su hermano un cuento para dormir. Después de 10 minutos, el niño dormía plácidamente acurrucado a su osito de peluche. Apagó la luz y salió de la habitación. Al poco tiempo, se encontraba en el jardín, cavando una zanja para ocultar el cadáver de su madre. El sudor le corría por la cara, y a sus 12 años, estaba muerto de miedo. Miró al cielo, había luna llena… Se le heló la sangre, cuando descubrió en la ventana de la habitación a su hermano con el osito de peluche, mirándolo fijamente. Lo saludó como si nada, y siguió con su tarea. Se había convertido en un asesino con todas las letras.

4 comentarios:

  1. jo, que desgarrador.

    Esther

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  2. Y su hermano en cómplice...
    Me gustó el relato. Sólo una pequeña sugerencia si me lo permitís. Quizás dejaría para el final decir que se trataba del cadáver de su madre, por ejemplo "siguió con la tarea de ocultar el cadáver de su madre". Así el lector tendrá la duda hasta el final. Un beso

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  3. Como veo que te hacen sugerencias y las aceptas, voy a permitirme una aunque no me gusta ejercer de maestro de nada. Yo lo que eliminaría sería la última frase. Creo que esa información es redundante. Se sugiere por el relato, y si a alguien le queda la duda, casi mejor que cada lector juzgue.
    Es sólo una sugerencia personal, pero me gustan mucho tus microrrelatos, paisana.

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  4. Gracias Esther, Martín y a ti también paisano por las sugerencias, que se aceptan todas jaja

    saludos

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