Cuando escuchó el disparo echó a correr. Un sudor frío le recorrió el cuerpo. No quería mirar atrás, pero le venían pisando los talones. Sentía la respiración de alguien a su espalda. Miró de reojo y allí estaba. Pero no se rindió, siguió corriendo y en un último esfuerzo entró en la meta con una sonrisa en los labios. Lo había conseguido.