Se apagaron las luces y empezó la película. Gritos y más gritos, gente corriendo. Mucho miedo en la sala. Me salpicó la sangre de mi vecina de butaca. Una daga le había cortado la cabeza. Me dijeron que las películas en 3D eran muy realistas. Aunque yo todavía no me había puesto las gafas.
Cariño, tenemos un poema (Accésit Rincón de la Victoria)
Hace 19 horas
Je, je. Éste me suena.
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