miércoles, 17 de marzo de 2010

MELODIAS

Acariciaba las cuerdas de la guitarra como si acariciara a una mujer, y de su garganta salía un “Killing Me Softly” quebrado y roto, como si su voz tuviera 60 años. Y sólo tenía 22. A sus pies, bocabajo, el bombín negro que le regaló su abuelo, y sobre él un cartel que decía: “No quiero dinero, sólo quiero que me escuchen”.

7 comentarios:

  1. Si es que no todo es el dinero, el reconocimiento a tu arte, el ser escuchado, leído, aplaudido... vale mucho.

    Un saludo indio

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  2. Hermoso texto, con una imagen que podríamos encontrar en la calle Florida. Apoyemos a los artistas callejeros, sobre todo a aquellos que solo lo hacen por amor al arte. Un beso

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  3. Voy a romper el círculo artístico y voy a extender un poco más del mensaje que me transmite este microrrelato: hoy parece que todo se hace por dinero, pero la gente que simplemente está a tu lado haciéndotelo pasar bien (artista o no) muchas veces lo hace por compartir. Ma parece que hace falta compartir más. Mª Luisa, te escucho.

    Blogsaludos

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  4. Me gustó tu blog y en especial la brevedad que conlleva. Suerte.

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  5. Es verdad que hoy a las pequeñas cosas no se les da importancia, el dinero no lo es todo,
    gracias a todos y Basurero Usurero, bienvenido, espero que te sigas pasando por aqui

    saludos

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  6. QUE BONITO MARIA LUISA! me encanta la historia y el mensaje.

    Besoss

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  7. Éste me gustó, Marialuisa. Un homenaje al amor al arte.

    Un saludo.

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