jueves, 1 de abril de 2010

CASA NUEVA

Nunca había llevado el pelo tan largo, y las uñas le habían crecido considerablemente. Eso de vivir solo le estaba pasando factura, no estaba acostumbrado. Antes, su vida era el vinito de las doce, su partida de cartas y los partidos de la tele. Su mujer se encargaba de lo demás. Ahora, en ese ataúd, casi no se podía ni mover.

1 comentario:

  1. Y que oscuridad más pesada. Yo por eso tengo instalado luz electrica y mi ordenador en mi ataud.

    Blogsaludos

    ResponderEliminar