Aquel paisaje era precioso. Nos resultó difícil encontrarlo, estaba bastante escondido. El suelo lleno de hoja incitaba a removerlas y lanzarlas por los aires como siempre hacen los niños pequeños. Lástima que aquel idílico paisaje fuese elegido por mis captores para dar por finalizada mi vida.
Menos mal que les salió mal la jugada y ahora me lo estás contando.
ResponderEliminarBesos, Marialuisa.
Qué buen cierre, María Luisa! Me encantó
ResponderEliminarPuestas a morir hazlo con glamour...
ResponderEliminarBesos