“Nunca está cuando lo necesito. Desaparece como por arte de magia cuando me doy la vuelta, y ¿para qué?, para irse al bar con sus amigos a beber cerveza. Luego en verano a la playa noooo!!!, porque se me nota un poco la barriga cervecera y mejor nos vamos a la montaña que se está más agustito y hay que ir tapados hasta el cuello. Manda narices. Y encima hoy el despertador que no ha sonado, son ya las 11 de la mañana y tengo que hacer la compra. ¿Dónde estará la dichosa lista? La deje encima de la mesa. Está claro, me he levantado con el pie izquierdo. Y encima este hombre se ha llevado el coche. Luego olerá a todo menos a limpio. Humo, barro y los pelos del perro. ¡Qué poco me gustan a mi los animales! Y tengo en casa dos: uno con cuatro patas y otro con dos. Por dios, donde estará este hombre…. Menos mal, ya llega. A estas horas no se podrá ni andar por el supermercado…Prepárate Pablo…”
- Alba, cariño. Como estabas tan bien durmiendo, he cogido el coche y la lista que había encima de la mesa y he ido al super. Aquí esta la compra.
- Alba, cariño. Como estabas tan bien durmiendo, he cogido el coche y la lista que había encima de la mesa y he ido al super. Aquí esta la compra.
¿Por qué será que siempre pensamos lo peor?
ResponderEliminarMe ha gustado mucho el relato.
Un abrazo.
Que dulce y sensible el animal de dos patas ¿no?
ResponderEliminar=)
(Me encantó que este post es un poquitín más largo =)
Abrazos señorita!
Genial como siempre.
ResponderEliminarEspero que todo vaya bien amiga .
Muchos besos.
Me ha gustado :)
ResponderEliminarRebeca.
Jo este es buenísimo!
ResponderEliminarMuy buenooo!!!!!!!!
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