viernes, 24 de agosto de 2012

ENCUENTROS

Con la tristeza en los ojos después de sentir cómo su corazón se rompía en pedacitos, abrió su paraguas y se dejó llevar por el viento. Al cruzarse con ella en el cielo, volvio a sonreir.

2 comentarios:

  1. Muy bueno! Voy a probar eso de abrir el paraguas y dejarme llevar...
    beso grande, María Luisa!

    ResponderEliminar
  2. ¡Excelente, MaríaLuisa!

    Este micro, aún gozando de una concisión extrema, tiene una gran intensidad de efecto -cimentada en la tensión entre la historia contada y la que ha de completar el lector-.

    Mis aplausos.

    Un saludo.

    ResponderEliminar