Cuando llegué a nuestra casa de campo me acordé de ella. Allí estaba, escondida en el garaje bajo una manta con la pintura comida por los años. El faro delantero roto, y pinchada la rueda trasera, pero con el mismo encanto que enamoraba a las chicas del pueblo. Con todo el tiempo del mundo me puse manos a la obra. Este será el mejor verano de mi vida.
Me encanta la actitud y sólo por eso espero que las chicas del pueblo sigan picando el anzuelo. Eso sí, que vaya con cuidado, no sea que vaya a romperse algo antes de tener enfermera.
ResponderEliminarSiempre hay que ir con cuidado, no sabemos lo que nos vamos a encontrar
Eliminarun saludo
Eso sí que era tener un as en la manga. Y ahora no lo para nadie.
ResponderEliminarMe encantó, María Luisa! Saludos van
jajaja seguro ;)
Eliminarun saludo de vuelta
¡Genial, marialuisa!
ResponderEliminarUn micro intimista, evocador -aunque no seamos abuelos jubilados-, dotado de un clima evanescente que se cuela en el alma del lector a través de sus ojos.
Mis aplausos.
Un abrazo,
Muchas gracias por esos aplausos ;)
EliminarQué bueno y qué optimismo...
ResponderEliminarMe gustó mucho.
Un beso muy grande.
Gracias!!! siempre optimistas :)
EliminarUn beso