Miró debajo de la almohada y encontró cinco euros. El ratoncito Pérez se había portado bien, como siempre. Y con su abuelo, también. Cada vez que veía su dentadura vieja en la mesita de noche, tenía un diente más.
Judío
Hace 23 horas
Microrrelatos
Yo se de un caso de un abuelo al que le salió otra hilera de dientes cuando ya había los perdido todos.
ResponderEliminarUn beso, Marialuisa