El pequeño Luis jugaba con sus soldaditos de plomo en el salón. Mientras, en primera linea de batalla, su padre besaba una foto de familia antes de lanzarse hacia el enemigo.
Lo bueno de esto es que la historia tiene infinitas posibilidades porque como no sabemos quién es el enemigo, nos podemos montar la historia a nuestro antojo... :)
Triste realidad, el enemigo no juega en el salón.
ResponderEliminarBlogsaludos
¿Era la madre el enemigo? Un abrazo
ResponderEliminarTremendo tremendo...
ResponderEliminarSi es que tenemos lo que nos merecemos.
ResponderEliminarBesos.
Lo bueno de esto es que la historia tiene infinitas posibilidades porque como no sabemos quién es el enemigo, nos podemos montar la historia a nuestro antojo... :)
ResponderEliminar¡Wow! Es increíblemente bueno y bastante realista, tristemente. ¡Te felicito enormemente!
ResponderEliminarLas balas también son de plomo. Espero que ninguna le haya alcanzo y esté ahora en casa, abrazando a su hijo :)
ResponderEliminarMe encantó :)
Besos amiga