miércoles, 9 de marzo de 2011

INDULTO

Siempre miraba a los ojos de sus víctimas unos segundos antes de asestar el golpe. Le gustaba sentir el miedo, la súplica y la desesperación. Sólo una vez no pudo hacerlo. Aquel corderito le recordaba a un anuncio televisivo.

6 comentarios:

  1. Muy bueno tu mini-relato, nos metes el miedo en el cuerpo para luego no resultar ser tan cruel..
    Un 10 para ti.

    Besos.

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  2. Pobre!!! ¿vendrá de ahí lo de poner carita de cordero degollado? ufff. Besos.

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  3. Ostras, me estaba imaginando aquella película del verdugo (una en blanco y negro de Pepe Isbert, creo) y luego no era tanto.

    Marialuisa, tú y yo (algo macabras, lo reconozco, más por mi parte que por la tuya) debemos tener algo de telepatía relática.
    Ya lo verás, en breve.

    Un besazo.

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  4. y es que los anuncios televisivos muchas veces hacen que se te quede grabado hasta lo que no querés sentir...

    me gustó!!

    abrazos

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  5. Ay me dio tristeza el corderito
    :(
    :)
    Asestar el golpe. Que terrible suena.
    Pienso volverme vegetariana dentro de poco... gracias a un comercial televisivo que vi claro.

    besos

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  6. Es que es el que lava más blanco la sangre.
    Besos.

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