jueves, 17 de marzo de 2011

SONIDOS DE LA CALLE

Tom era un niño propenso a enfermar. Su habitación daba a una calle muy concurrida donde un negro y su saxo amenizaban sus mañanas febriles. El pequeño Tom asomaba por la ventana con el termómetro en la boca, mientras su madre le rogaba que volviese a la cama. Allí disfrutaba de las viejas melodías de Paquito D´Rivera y Tommy McCook, y olvidaba los gritos que subían desde la planta de abajo. Al anochecer, cuando el negro se marchaba, le decía adios desde su ventana y se acostaba, rezando para seguir enfermo unos dias más.

7 comentarios:

  1. Me le imaginado, ya de mayor, tocado en un bar, con un grupo de jazz o algo parecido.
    Me he visto en Orleans.
    Un beso.

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  2. Felicidades, marialuisa.
    Muy buen micro.
    Besos.

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  3. Muy bueno, Marialuisa. Pobre niño...

    Un besazo preciosa.

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  4. Cuando enfermas de belleza no quieres curarte jamás.
    Precioso relato.

    Un abrazo

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  5. Un bello y crudo relato...preferia estar enfermo un poco más.

    Un abrazo amiga .

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  6. Dicen que la música alimenta el alma y acaricia el corazón. Por eso existe la musico-terapia

    Sensible relato amiga.
    Muchos besos!

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